lunes, 9 de abril de 2007

Paradigmas educativos

Entrando de lleno al tema de la pedagogía, nos encontramos con 5 paradigmas específicos que se tornan urgentes de comprender, analizar, ubicarlos de acuerdo a nuestro tiempo y espacio, contextualizarlos y aceptarlos o rechazarlos. Estos paradigmas a mi entender son una especie de ley, algo parecido a un marco de referencia que como futuros pedagogos debemos seguir. El fin ultimo de éste es reconceptualizar la idea de currículum, estrechar el espacio entre este mismo (currículum) y la practica profesional para evitar la rutina del proceso enseñanza-aprendizaje y crear una interacción dinámica entre profesor y alumno. Un paradigma educativo ayuda a gobernar sobre bases científicas la practica pedagógica, evalúa autocriticamente y perfecciona la practica pedagógica, comprende la practica docente, y engloba un marco de referencia para seguir las bases de una buena realización de la pedagogía. En resumen, podemos entender que los paradigmas educativos juegan un rol central en la practica docente desarrollada a diario por los profesores en el aula.
Dentro de los paradigmas más destacados tenemos;
Paradigma interpretativo: establece que existe una realidad dinámica, múltiple, construida y divergente. Se le da prioridad al autoaprendizaje y a la reflexión. El alumno es un constructor activo de su conocimiento basado en sus propias experiencias que lo llevan a entender y construir sus propios saberes.
Paradigma positivista: el alumno adquiere el rol de un individuo pasivo, es decir, se limita solo a escuchar lo que le profesor dicta, puesto que es éste quien toma las decisiones dentro de la sala de clases. Presentan una realidad estática y tienen como objetivo final facultar a los alumnos para incorporarlos de mejor forma al mercado laboral. Existe una estructura de control fuertemente establecida.
Paradigma sociocrítico: la toma de decisiones es en conjunto, participativa y comunitaria. Tiene como objetivo la participación social critica y constructiva. También se practica la negociación dentro de la sala de clases.

No podemos decidir si un paradigma es bueno o si el otro es malo. Cada uno de ellos ha sido creado de acuerdo a un contexto cultural y social histórico y basado por lo tanto en ello. Cada uno de estos modelos responde al mejoramiento de la relación enseñanza-aprendizaje dentro de las aulas, esta relación sin embargo, conlleva a una serie de otras relaciones que también se han intentado mejorar con los mismos paradigmas, como por ejemplo: el trato existente entre profesor-alumno.
Como futuros practicantes de la pedagogía, debemos asentarnos dentro de uno de los 5 paradigmas existentes. Al parecer se torna una decisión difícil, sin embargo es necesario comprender cada uno de ellos, contextualizarlo de acuerdo a nuestras necesidades y a la de nuestros alumnos, teniendo en cuenta nuestra realidad social y cultural y la de nuestros alumnos, tratando de adecuarlo siempre a la idea que tenemos de currículo.

1 comentario:

Profesora dijo...

Estimada Mª José, es muy acertada tu reflexión puesto que efectivamente los paradigmas educativos nos ayudan a orientar y evaluar críticamente nuestra práctica docente. Concuerdo también en que no podemos decidir si un paradigma es malo o bueno, puesto que cada uno ha sido creado en un contexto cultural y socio-histórico distinto. Sin embargo, es mi deber señalarte que no es bueno que te adscribas sólo a un tipo de paradigma (aunque es natural que sientas inclinación por uno más que por otro), puesto que no existe práctica docente pura; es decir, ningún paradigma educativo es bueno por sí mismo, sino que debe existir una interrelación entre los tres, a saber Positivista, Socio-crítico e Interpretativo. Te invito entonces a rescatar lo que consideres mejor de cada uno y crear, de ese modo, tu propio paradigma. Por otro lado, para subir tu nota en una próxima oportunidad, te sugiero apoyar tus fundamentos con citas bibliográficas.